Sismografías

Esta serie de dibujo es concebido como metáfora de un instrumento de medición sísmica, conformando una suerte de “diario sismográfico”, en el que los trazos se accionan como medio para la exploración del yo y en donde los recursos gráficos hacen referencia a sensaciones y estados internos.

Los trazos y los aparentes paisajes mentales y geografías internas carecen de una intención evocativa, más bien surgen de manera inmediata, respondiendo a afectividades que se imprimen en el papel como un registro de frecuencias. Interrogo así la posibilidad del sismograma de exteriorizar un adentro para dejarlo expuesto; y a la vez, su capacidad para trazar bordes, fronteras que como la piel, produzcan un espejismo de unidad de aquello que por momentos inevitablemente se fragmenta.

El cuerpo funge a su vez como papel donde se registran las fuerzas, en forma de movimiento, de sensación irregular o de tensión. Se activa así el dibujo ubicado en una zona de indeterminación entre gesto y huella, entre trazo y rastro; como instrumento de ejecución enfocado a la expresión de estados interiores cuya impronta se captura en un instante y cuyo gesto hace imposible la separación entre productor y producto, acción y resultado y donde ambos permanecen ligados en una relación anafórica. De esta manera se ejerce como afirmación de mi propia realidad, de mi existencia.

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